Calles Compartidas, Calles de Encuentro

2021



Calles Compartidas, Calles de Encuentro en Tuxtla Gutiérrez

Calles Compartidas es un proyecto que busca impulsar cambios en el uso de la calle para combatir el cambio climático en el barrio de San Roque en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. El proyecto promueve el uso de transportes sustentables y encuentros cara a cara entre las personas, buscando sensibilizar a la ciudadanía acerca de cómo nuestras conductas pueden revertir los altos índices de contaminación ambiental a partir de nuestros cambios de hábitos y disposición de compartir la calle.

Así, partiendo del análisis del espacio y vida pública, del mapeo y la cartografía, se identificaron necesidades y deseos de habitar las calles de San Roque. Como resultado se trazó una cuadrícula que diluyó visualmente los límites entre la calle y la banqueta. Además, incorporó mobiliario urbano temporal para propiciar la interacción de habitantes y transeúntes. Esto permitió reducir la velocidad de los vehículos, incluso dando al automovilista la sensación de invadir el espacio público, e integrar con mayor eficacia usos sociales y alternativos; brindando accesibilidad total a todos los habitantes: niñas y niños, adultos mayores, personas con discapacidad. Lo cual produjo un aumento de actividades sociales en el lugar y un fortalecimiento en la dinámica en la calle.

El proyecto se realizó en colaboración con el programa de impacto social Comex por un México Bien Hecho, la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sostenible (GIZ) GmbH en Mexico, las asociaciones civiles Dérive Lab, Colectivo Tomate y el apoyo de las autoridades municipales, como el ICIPLAM, el Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura y la Secretaría de Movilidad y Transporte del Gobierno del Estado de Chiapas.

La comunidad hace la diferencia

Fue sumamente importante que la comunidad se volvió la protagonista de esta transformación: con su participación en encuentros vecinales y talleres, se identificaron sus necesidades y deseos para habitar las calles. Así mismo, se recuperaron sus historias e identidad para la pinta de dos murales y la resignificación de la cancha del barrio.

Vivir la calle de una forma distinta

Este proyecto piloto nos permitió vivir la calle de una forma distinta: por unos días vimos vecinos conviviendo, personas descansando y niñas y niños jugando cómodamente y con seguridad donde antes había autos estacionados. Además se logró demostrar que el espacio vial se puede redistribuir y compartir, reduciendo la velocidad e integrando vegetación y mobiliario con una función medioambiental importante para hacer frente a retos de adaptación y mitigación climática”, señaló Ximena Ocampo Aguilar, Directora Ejecutiva de dérive LAB.

  • 2,350 m²
  • 1,659 L
  • 4 mil personas beneficiadas