Si físicamente o a través de nuestras redes sociales has visto cómo lucen los espacios públicos una vez que son intervenidos por el programa de impacto social México Bien Hecho (MBH), seguramente te emociona la vida que cobran los sitios y el talento de los artistas invitados.

Esto sucede gracias a que las pintan conllevan un proceso socio-artístico en el que:

- Los vecinos son escuchados y se establece un diálogo con ellos. -Se realizan actividades para generar comunidad.
- Se promueven los liderazgos al interior de esa comunidad.
- Se impulsa la autogestión y la sostenibilidad. Todo lo anterior empujando la reconstrucción del tejido social como un objetivo final. Porque coincidimos plenamente con lo afirmado por ONU Hábitat: “Los espacios públicos bien diseñados y administrados son un activo fundamental para una ciudad y tienen un impacto positivo en su economía”.

Ya sea que se trate de la rehabilitación de un parque o una cancha deportiva, la reestructuración de espacios públicos peatonales y de movilidad o corredores de murales que promuevan el turismo, nuestras iniciativas llevan procesos como talleres, estudios y actividades que nos ayudan a generar lazos de confianza con los vecinos, y así reconectar con sus historias, raíces y tesoros.

Al mismo tiempo, el talento de los artistas mexicanos de todo el país es difundido, y el impacto positivo que el color le otorga a los espacios que antes eran grises y deteriorados cambia por completo el estado de ánimo de las personas.

Así, las calles, escuelas, hospitales, instalaciones deportivas o incluso bajopuentes pueden convertirse en lugares de convivencia que inspiren y fomenten la seguridad, aprendizaje, deporte y salud de la comunidad.

Una transformación que se logra solo con la participación colaborativa.