La sociedad está compuesta de muchos elementos que se interrelacionan (vínculos) para hacerla funcionar y a esto le llamamos “tejido social”. De las condiciones que tenga este entramado -si es fuerte o débil- depende el que una comunidad logre ser próspera, inclusiva y sostenible.

De modo que, reconstruir el tejido social es vital en los lugares donde la calidad de vida tiene deficiencias, pues esto les da las herramientas para mejorarla.

Aunque generalmente el concepto de tejido social se utiliza para referirse a los vínculos sociales e institucionales que se dan en una comunidad, este también abarca a las familias, porque a partir de ellas es que se inicia la socialización y los lazos de apoyo. Por ello, muchos de los proyectos de México Bien Hecho inician conociendo a las familias, escuchándolas y aprendiendo de su forma de vida.

Los siguientes pasos son generar y facilitar procesos de encuentro y conexión entre las personas que detonen un cambio de paradigma con el que se fortalezca la confianza colectiva y se active la participación para la transformación del entorno, así como su capacidad autogestiva.

Reconstruir el tejido social no es una tarea fácil, pero tampoco imposible. Si bien cada comunidad requiere de procesos a la medida, que fortalezcan un proyecto de vida comunitario, acorde a sus condiciones sociales, económicas, ambientales, a su riqueza cultural y respetando (incluso rescatando) sus tradiciones; también es cierto que como país compartimos problemáticas, recursos y valores. Lo cual facilita que un modelo eficiente pueda adaptarse a las circunstancias de cada localidad.

Y esa ha sido nuestra experiencia con la metodología implementada por nuestro aliado Colectivo Tomate, que marca un antes y un después en las comunidades a las que acudimos. Por ejemplo, 49.3% de personas asegura que el resto de la ciudad adopta una narrativa positiva sobre el barrio intervenido como parte del proyecto Ciudad Mural.

Las pintas funcionan como punto de arranque para favorecer la cohesión y la reproducción de la vida social, lo cual empuja -por ejemplo- actividades turísticas que mejoran la economía, y esas así como el tejido social de esas colonias se va reconstruyendo.